Historias reales y Leyendas.

Categoría: Leyendas



En este tema no voy a contaros investigaciones realizadas, voy a contaros una serie de historias reales y leyendas que nuestros seguidores nos han enviado.


Nuestro G.I.P.T.M. investiga todas las leyendas, historias, cuentos, divagaciones que llegan a nuestro poder a través de nuestros lectores, amigos u otros grupos de investigación.

Estas son las que de momento no hemos podido investigar, espero que os gusten, y si conoceis alguna, publicarla como respuesta o enviarnosla a través de nuestra página facebook,y las iremos añadiendo a este tema, y si se puede, la investigaremos y publicaremos:

LOS FANTASMAS DE LA MAGDALENA (CANTABRIA)


La Península de La Magdalena, Santander, Cantabria, tiene una población censada de algo más de un par de docenas de animales, entre patos y focas, una población flotante que puede superar el centenar de personas durante los cursos de verano de la UIMP y los congresos de temporada y una población espectral de tres almas.

A finales del siglo XIX la península era poco más que una zona salvaje de Santander, alejada tanto de la población como del Sardinero. Aún no se habían rellenado los arenales de El Camello, construido la avenida Reina Victoria ni, por supuesto, se había planteado la construcción de un palacio real. Era sólo un lugar semisalvaje y semiabandonado. En otros tiempos enclave defensivo, solo quedaban ya allí vegetación, acantilados, zonas boscosas, los restos del Castillo de San Salvador de Hano sobre el solar donde se levantó después el actual palacio, y el Faro de la Cerda, construido junto a la antigua batería homónima.

Entonces sí que tenía un vecino censado: el farero. Y justo entonces, en aquel final del siglo XIX, mucho antes de que Alfonso XIII comenzara veranear en la zona y de que se instalara la Universidad Internacional de Verano, después rebautizada como UIMP, llegó a la península su primer habitante sobrenatural, de quién todos los santanderinos han oído hablar aunque ninguno lo viera nunca.
Es el fantasma de La Magdalena, un espíritu que vaga por el recinto desde hace cerca de siglo y medio; mucho antes de que comenzaran a merodear por la zona otros fantasmas mucho más corpóreos; el espíritu errante de un joven santanderino que tras sufrir un desengaño se suicidó en aquel lugar, arrojándose al mar según algunas versiones y volándose la cabeza según otras.

Los veraneos reales y la docencia de verano fueron quitando espacio y protagonismo al fantasma enamorado hasta que las nuevas generaciones le olvidaron, eclipsado también por dos nuevos espíritus llegados al Real Sitio bastante más tarde y en pareja, como para hacerse compañía el uno al otro.
La primera sala a la derecha según se accede al Palacio de La Magdalena, construido décadas después, es popularmente conocido como la Sala de los Fantasmas. El motivo, una fotografía en la que Alfonso XIII posa a las puertas del edificio con distintas autoridades de la época. En ella se pueden ver dos rostros difusos, absolutamente etéreos, que siempre se han identificado como espíritus, a lo que ha contribuido enormemente el hecho de que no se haya conseguido (ni probablemente intentado) conocer su verdadera identidad.

Puede que uno de ellos sea el viejo fantasma enamorado que entre paseo y paseo se encontrara con una figura real (en todos los sentidos) y se adelantará a su tiempo haciéndose un foto con el monarca. O tal vez no, y como su compañero sea un espectro completamente distinto, independiente y, probablemente, con mucho más rancio abolengo. O quizá sus fantasmagóricas figuras sean sencillamente el resultado de una mala pasada del bromuro de plata.

Ellos son las nuevas estrellas paranormales, pero todavía hay quien recuerda a aquel fantasma enamorado que no encuentra la paz y sigue merodeando entre el bullicio veraniego a la espera de que llegue la fría calma del invierno.

BODAS DE SANGRE 


Primera Parte

Recuerdo que transcurría el siglo XIX, no puedo precisar con certeza absoluta el año, pero arriesgo a decir que fue 1813, que por la simple numerología, sumados sus dígitos indica 13.
Se trataba de una bella dama, única hija, de cutis muy blanco y transparente, una hermosa nariz respingada, ojos color almendra y unos cabellos negros que caían sobre sus hombros cuan cuervo lanzado en pos de su presa, cuyo nombre era Cristina. Había optado casarse con su amado Robert, un estilizado y robusto hombracho lleno de una bondad y prestancia inconcebibles, y según lo manifestado ante los habitantes de la vieja Comarca en que se desarrollo esta leyenda, estaban por contraer matrimonio.

Cristina era la única heredera de una gran fortuna familiar, que al momento de fenecer sus padres, engrosaría sus dotes personales.

El inconveniente principal era, que los padres de Cristina, no eran proclives a la concreción de ese casamiento, pues deseaban para su hija algún mercader de los muchos que pretendían su mano.
Muchas veces trataron de cambiar las ideas de la joven, pero esta cada vez estaba mas locamente enamorada de su esbelto Robert. Este era hijo de un campesino y vivía austeramente junto a sus padres y hermano, trabajaba de sol a sol en la finca de hortalizas realizando las tareas mas pesadas, a fin de aliviar a su pobre padre, lo cual no era muy bien visto por sus futuros suegros (comerciantes muy adinerados del pueblo en que estaban establecidos).

Pero como todas las cosas que tienen principio y final, la situación comenzó la noche previa a la boda, mientras Cristina se probaba por enésima vez, alegremente un hermoso vestido de muaré antiguo con apliques de broderie y finas perlas en sus vuelos y mangas alzadas, que hacían del mismo algo esplendoroso y digno de su belleza.
De repente se escucho un horrendo gemido de dolor en la pieza de la futura novia, que estremeció el ambiente todo.

Los que estaban al tanto de las circunstancias de aquella prueba que Cristina realizaba a puertas cerradas, con el fin de sorprender a la familia, novio e invitados en el momento póstumo de la ceremonia, corrieron presurosos a la habitación de esta.
Grande fue la visión que observaron atónitos, la imagen de Cristina recostada sobre el ancho espejo delante del ventanal que miraba hacia el jardín de la mansión, sin vida y con sangre derramada por una herida muy cercana al corazón, por donde fluía abundante liquido espeso, de color rojo intenso, que descendía por el hermoso vestido blanco y cubría el cuerpo de la bella mujer.
En sus manos pendía aun el maravilloso ramo de violetas, que bien simularía la delicada pureza de la agraciada doncella.

Los testigos presénciales del terrible suceso, fue un séquito de amigas de la victima que habían quedado cuchicheando en la habitación contigua e inmediatamente corrieron a dar reseña de lo sucedido a los padres de la bella y querida compañera de estudios y andanzas. Estos estaban cumpliendo sus nobles actividades comerciales en la comarca.
Al enterarse, quedaron todos consternados de dolor y apenados por la pérdida de su amada hija, no podían creer esta realidad y lloraban desconsoladamente el triste recuerdo, cuando la veían corretear por el parque existente detrás de la casona.

Transcurrido el tiempo de padecimiento natural que imponía el luto, sus progenitores decidieron abandonar el hermoso pueblo y radicarse en una comarca vecina, a fin de olvidar cada sitio que les recordara los pasos de su amada Cristina.

A todo esto, pocos meses después murió Robert, bajo la pena que le propicio el desenlace macabro sufrido por su inolvidable amada.

Nunca logro saberse que había sucedido aquella tarde y tampoco nadie se ocupo de encontrar al culpable, total nada ni nadie resucitaría a la victima, aunque por el pueblo se rumoreaba que el homicida había sido alguien muy cercano a los miembros de la familia, o tal vez alguna alma impía, que nunca jamás había considerado apropiado el enlace a consumar.

Como anteriormente les relate, los padres de Cristina se trasladaron a otra comarca y la casona en que habían sido tan felices durante los últimos tiempos, quedo cerrada para siempre.
Segunda Parte

Habían trascurrido algunos años del acontecimiento descrito, cuando comenzó a rumorearse la leyenda que “el primer viernes de los meses de agosto, entre las 21,00 y 22,00 hrs.” salía Cristina con su esbelto y bello atuendo blanco, aun manchado por la sangre fluida de su herida, y llevando en su mano izquierda el hermoso ramo de violetas y en la derecha una candelita titilante de tenue resplandor, como si las turbias tinieblas de la noche no debieran ocultar el anecdótico y terrible desenlace.

Nadie se acercaba en las inmediaciones del lugar, por temor a que el fantasma de la tierna Cristina pudiese ser agorero de malas situaciones en sus hogares.

En tanto, en una comarca vecina, situada a pocos kilómetros, una dulce parejita de enamorados, deseaba divulgar de manera un poco insólita la ceremonia anticipada de su matrimonio, con el fin de demostrar que las leyendas son solo eso, “leyendas”.

Decidieron entonces que en el horario en que aparecía el fantasma de Cristina, ese mes de agosto, simularían rapto del novio (cuyo nombre, oh! casualidad, era Roberto) sobre su amada, para luego llevarla a la iglesia donde “a posteriori” celebrarían la publicitada boda.

Todo estaba bien planeado, Maria (nombre de la agraciada de nuestro relato) se adelantaría al lugar donde se daba lugar la aparición del promocionado fantasma (versión de los dichos pueblerinos a través de los años, y que fue tomando sabor a leyenda) y esperaría con el viejo carruaje en el que se trasladaría nuestro Roberto, recogiendo a Maria.

Una vez efectuado el rapto, escaparían ambos hacia el lugar donde los invitados esperarían ansiosos el final feliz, mientras el párroco de la iglesia les diera la bendición marital.

El recorrido que separaba ambas comarcas era de unos 15 km., por lo que la demora (con una buena yunta de caballos) pudiera demorar la ceremonia unos 20 minutos.

Así estaban dadas las cosas, Roberto excesivamente puntual, como era su costumbre, esperaba junto al carruaje, a las 21,00 hrs. en punto, la salida de Maria de la casona tal como fue planeado.

Siendo las 22,02 de una hermosa noche clara y estrellada, Roberto vio aparecer la imagen de la novia junto a la puerta principal del caserón. Esta comenzó a avanzar, bajando despaciosa los escalones, en busca de su amado raptor, su vestido blanco lucia radiante y en sus manos podía apreciarse el bello ramo de violetas y una candelilla que iluminaba suavemente la senda hacia el carruaje, donde su enamorado esperaba ansioso para tomarla entre sus brazos y partir raudamente hacia la felicidad que prometía una vida prospera y feliz.

Fue en esos instantes en que se levanto una fuerte tormenta, con viento de intensas ráfagas…los equinos del carruaje comenzaron a relinchar y moverse nerviosamente, comenzando una enérgica e incesante lluvia, que motivo que Roberto corriera a su encuentro y muy suavemente la depositara en el carruaje, partiendo de inmediato hacia el destino final.

Dentro del compartimiento, la novia se encontraba inmóvil y callada, cosa que Roberto pensó natural, dado que los terribles relámpagos y truenos que azotaban la noche debilitaban el humor de cualquier ser humano no acostumbrado a increible tempestad.

A mitad del camino, el carruaje, que corría alocadamente, desbordo de en banquina de la ruta y desbarrancó a la vera de una lomada de la misma.

En el pueblo, ante la demora que se estaba produciendo, algunos invitados a la boda, decidieron salir en la búsqueda del carruaje, dado que la noche pintaba hermosa y con una luna llena que aparentaba ser de día y nada hacia prever algún tipo de inconveniente.

Llegaron presurosos a la lomada, donde estaba desbarrancado el carro y vieron con desazón en su interior, yacer sin vida al noble Roberto. Aparentemente todo hacia ver que ya se había iniciado el retorno, pero llamaba la atención que no había rastros de Maria en la zona aledaña al accidente mencionado. Unos quedaron en el lugar, recogiendo los restos del infortunado novio y otros prosiguieron sobre la ruta hasta el viejo caserón donde supuestamente se había producido el rapto.
Inmensa fue la sorpresa al ver desilusionada y sentada en los escalones a Maria, sollozando ante la ausencia de su prometido, de acuerdo a lo que habían programado con antelación y pensando en un abandono.

Le explicaron lo sucedido al carruaje con su amado y supuestamente de regreso hacia la iglesia para la bendición de la boda.

Maria entre llantos de inmenso dolor, también comento que había tenido una pequeña demora, ya que no había podido ser puntual a la hora fijada, porque su esplendoroso vestido blanco habiasele enganchado en un espinal cercano al viejo caserón y debió repararlo con uno de los broches de su diadema para no ser notado, hasta tanto contara con los útiles necesarios para remediar el suceso.
Que había sucedido entonces?...Roberto partió en el carruaje con el fantasma de Cristina, creyendo que raptaba a su novia Maria.

Pero, como pudo no haber notado que se trataba del mismísimo fantasma y no su novia?...No encontró diferencias que le indicaran que no era ella su preferida?...Todas eran preguntas que no tenían una respuesta concreta!

Lo que todos ignoraban era que en esos instantes arreciaba un terrible huracán de viento y lluvia, solo en la dimensión de Roberto , ya que en la comarca la noche era esplendida, con una resplandeciente luna llena, apta para congregar a todos los dulces enamorados. Cristina, al final, logro ser rescatada del viejo caserón en manos de un príncipe sustituto, que le propicio el cruel destino.

Luego de la mencionada tragedia, nunca mas apareció el fantasma de Cristina y el viejo caserón donde habitaba este, fue adquirido por un hombre dedicado a la compra venta de inmuebles.

Así concluyo el final de esta mentada leyenda, hoy son solo habladurías de los mas antiguos provincianos del lugar.

EL FANTASMA DE LA NOVIA


Las estaciones de la línea A del metro en Buenos Aires, Argentina, fácilmente podrían entrar en la categoría de las más embrujadas en el mundo debido a la gran cantidad de historias fantasmales que se desarrollan en su interior.

Actualmente en esta red subterránea inaugurada en 1913 circulan más leyendas que vagones, aunado a las intermitentes luces, los viajes lejanos entre cada parada y el aroma de la madera vieja, le han convertido en el sitio idóneo para un “ Ghost Tour ” en el cual los amantes del terror pueden ir a pasar un buen rato.

Una de tantas historias de aparecidos involucra al fantasma de una novia, una extraña mujer que deambula entre las estaciones Alberti y Pasco vestida con un hermoso vestido blanco. Se cuenta hace muchos años, esta pobre mujer se encontraba en el altar esperando al futuro esposo, pero este jamás llegó, en su lugar, se presentaron los amigos para anunciarle a la muchacha el arrepentimiento del joven.

La noticia de tal huida y abandono fue más de lo que la mujer podía soportar, salió corriendo de la iglesia, llorando a gritando, y fue a callar su desesperación

arrojándose a las vías del subterráneo . Desde entonces cada día sábado, en el horario que debió efectuarse la boda, empezó a materializarse este ente encarnado vestido de blanco.

Dicen que al paso del tiempo, el novio fue mortalmente acuchillado en la calle San José y entonces el fantasma de la novia encontró la paz, pues no se le vio otra vez flotando por las estaciones.

Aunque hoy en día esta manifestación paranormal se haya tomado un descanso, no hay razón para desanimarse, la próxima vez que viajes en la línea A presta mucha atención, pues aún queda el degollado del sanitario, la estación fantasma y el cuidador del cementerio para arrancarte uno que otro susto.

LA NOVIA FALLECIDA


Mi casa se encuentra en una zona de campo, justo a las afueras de la ciudad. Aunque se trata de un lugar bastante tranquilo , se puede llegar fácilmente andando a cualquier pueblo.

Además de la casa tengo un terreno donde instalé una piscina y de vez en cuando me gusta cultivar algunas cosas . Hace ya bastante tiempo empecé plantando árboles frutales y cuando ocurrió el relato que voy a contar a continuación, ya estaban bastante creciditos.

El caso es que desde hacía tiempo que oía ruidos por la zona de mi terreno por las noches. Era como si algo fuese arrastrándose entre las hierbas y pisando hojas secas. Al principio siempre pensé que se podría tratar de algún

animal que aprovecha la oscuridad de la noche para salir a cazar.

No obstante, habían pasado varios meses y noche tras noche se oía el mismo recorrido, por lo que un día decidí bajar a ver qué era realmente.

Después de estar un rato esperando, aproximadamente sobre las dos de la madrugada, volví a oírlo de nuevo, por lo que me fui acercando. Debía tratarse de un animal bastante grande porque el ruido no era precisamente de alguna liebre.

Conforme me iba acercando al foco del ruido, cada vez me iba entrando más miedo en el cuerpo , hasta que de repente cesó y seguí andando hasta el lugar de donde provenía.

Llegué aproximadamente al punto, pero no veía nada, entre otras cosas porque todo estaba muy oscuro, pero de repente, justo a mis pies, algo que parecía una mujer con vestido de novia tumbada en el suelo se dio la vuelta y me miró fijamente.

Salí corriendo sin saber realmente qué era lo que había pasado. Al preguntar en el pueblo me dijeron que hace siglos ahí había una iglesia donde una pareja de jóvenes se estaba casando. Debido a los problemas religiosos , un grupo de ateos decidieron cerrar la iglesia y quemarla con toda la gente dentro. Todavía se me pone la piel de gallina…

EL ROPERO DE LA ABUELA

Si hay una cosa que a Baltasar le molestaba era ir a casa de su abuela los fines semana. La razón principal respondía a que la anciana lo único que tenía en su casa para entretenerse era un viejo televisor que solamente sintonizaba el canal donde transmitían sus telenovelas.

Afortunadamente, ese día también estaba invitada a la reunión, la familia de Catalina, prima menor de Baltasar. Con ella se llevaba de maravilla y cada vez que jugaban juntos el tiempo pasaba volando.
Dicho y hecho, inmediatamente después de que se vieron, comenzaron a jugar a esconderse por todos los recovecos de la casa.

Baltasar estuvo buscando durante algún tiempo el sitio ideal para no ser descubierto. Lo halló precisamente en el dormitorio principal de la casa, sitio en donde se encontraba un gran ropero de madera.

Abrió el mueble con cuidado de no mover nada, pues sabía que si hacía el menor desorden, sería reprendido severamente por su abuela. Se acomodó con muchísimo tiento entre los vestidos de la anciana. Dentro del armario se podía percibir un fuerte olor a la naftalina, por tanto en unos cuantos segundos el chico quedó mareado y desorientado.

De momento escuchó una risa débil que provenía de la zapatera, bajo la mirada y no puedo ver absolutamente nada. No obstante, las risas iban incrementando su volumen. Por temor de ser descubierto debido a ese alboroto, intentó rápidamente cambiar el escondite.

Pero la puerta del mueble estaba trabada. El niño gritó con todas sus fuerzas:
– ¡Auxilio, papá y mamá! Estoy atrapado.
Siguió gritando sin cesar hasta que de pronto sintió como una mano le tocaba la espalda:
– Calla niño, ahora vendrás conmigo. Vamos a un lugar del que no se regresa jamás. Replicó la extraña entidad.

Baltasar extendió su brazo derecho hacia atrás y alcanzó a palpar lo que parecía una verruga, característica inequívoca de que aquella criatura era una bruja. Posteriormente el niño emitió un gemido tan fuerte que fue escuchado en toda la casa. Sus padres corrieron para socorrerlo.

No pudieron hacer nada, el infante estaba muerto. Los médicos aseguraron que su deceso fue ocasionado por falta de oxígeno. Lo que nadie pudo explicar fue que en su puño derecho tenía un mechón de pelo color marrón.

EL VIOLÍN DE LA BRUJA

En 1923 había un pequeño pueblo, con un poco más de 130 habitantes, entre ellos una anciana de extraña actitud y misteriosa personalidad, reservada; su cabellera era cana, y gracias a eso se ganó el apodo de Bruja . No se sabía nada de ella, decían que fue una de las primeras en habitar el pueblo.

Su casita era la más lejana, ubicada en las afueras del pueblo junto a un río, y todo el pueblo se inventaba un montón de rumores sobre ella, pero lo único que sabían es que ella tocaba el violín a las 9:00 pm; siempre se escuchaba esa melodía melancólica que ponía los vellos de punta a los habitantes. Las madres jamás dejaban a sus hijos jugar cerca de su casa ni los jóvenes iban a verla, y cada vez que la mujer tocaba el violín, todos entraban a dormir. Era algo así como una costumbre, incluso sus padres decían que debían dormir a esa hora o la Bruja se los comería.

Una noche, antes de las 8:00 pm., se escucharon gritos desgarradores: resultaba que la casa de la Bruja estaba en llamas, creían que era una vela que cayó al suelo. Todos veían cómo la anciana moría, y nadie fue a ayudarla, hasta que llegaron los policías que solo encontraron sus restos, y los enterraron en lo que quedaba del jardín de su casa. Después de todo, a nadie le importaba y dieron el caso por cerrado.

Esa noche, todos estaban tranquilos pese a lo sucedido, a punto de dormir: un escalofrío colectivo recorrió el pueblo. A las 9:00 se escuchó el violín que tocaba esa mujer que se suponía estaba muerta, haciendo que todos entraran en pánico y se encerraran en sus casas. Los habitantes pensaban que la Bruja había vuelto para atormentarlos todos.

Cuando el violín no sonaba uno de los niños desaparecía: el primero fue el hijo del herrero. En 1928 ya no había niños, a excepción de uno, yo, el más joven. Ahora desaparecían los adultos; los que quedábamos nos reunimos y fuimos a la casa de la Bruja , iban a llevarse los restos a otro lugar, pero el violín empezó a sonar, y un espectro apareció frente a todos, tocando el violín: "Yo no soy una bruja, ustedes me convirtieron es esto, y ahora soy lo que ustedes decían, ¿quieren a sus hijos y familiares? Pues tómenlos". Entonces abrió la boca haciendo que salieran volando restos ropas y sangre.

Días después, le confesé a mi madre que fui yo quién mató a la Bruja , pero mi madre me dijo que lo conservase como un secreto... Y así fueron desapareciendo todos. Solo quedo yo, y sé que la tortura que vivo ahora me la merezco, que ahora moriré, ya que son más de las nueve y no he escuchado el violín.

LA NIÑA:

Una pequeña llamada Raquel salió de la escuela y se dirigió a su casa, pero esta vez tomó una ruta nueva. En el camino se encontró con una niña que lloraba y se acercó para ver qué pasaba; la niña le señaló una casa y le explicó que su gato se había metido ahí y que tenía miedo de irlo a buscar. Raquel, inmediatamente, decidió ayudar a la menor y se dirigió a la casa; cuando llegó se encontró con la puerta abierta y el inmueble solo; así que decidió entrar y miró al gato huir por las escaleras. Lo siguió y cuando creía que lo atraparía éste se metió a un cuarto.

Raquel lo siguió y se encontró en la habitación de una niña; había paredes forradas de color rosa y muchas muñecas que parecían mirarla. Raquel no se sorprendió ni al ver que esa habitación parecía en perfecto estado cuando toda la casa lucía deteriorada. Acto seguido, se topó con la foto de la niña que le había pedido ayuda. En la imagen parecía estar con su padre. Raquel se asustó, por lo que decidió salir corriendo sin el gato. Sin más ni más, la niña del bosque se apareció en la habitación, estaba ensangrentada y gritaba: ¡Ellos me mataron y lo harán contigo!

Raquel salió huyendo, pero al día siguiente fue hallada muerta de la misma manera que aquella infanta. Dicen que aún sigue pidiendo que le devuelvan a su gato.

EL CUADRO DE LA ANCIANA


Los 94 años de mi abuela habían llegado a su fin , la conocí desde muy niño por la razón de que vivíamos en la misma casa . Su herencia claramente estipulaba que aquella casa quedaba a mi nombre , pero que por respeto debía dejar los cuadros y muebles donde estaban.

Siempre que de niño iba al segundo piso a llevarle una sopa a mi abuela cuando estaba enferma , pasaba por el pasillo mirando al suelo para no tener que ver el horrible cuadro colgado en la pared . El cuadro de una anciana de mirada penetrante.

Nadie nunca me contó algo de ella , pero como exigía la herencia, no debía mover el espantoso cuadro de su lugar.

Un día como cualquier otro , me levanté a preparar mi desayuno , y casi me llevo un susto con el cuadro . Veía a la nada con una mirada tan tétrica… parecía que había cambiado el gesto que mostraba normalmente , frunciendo el ceño , como intentando ver algo a lo lejos . Era sumamente espantosa.
En medio del susto, sólo reaccione echándole una sábana encima, que quedó colgando de tal forma que cubría el cuadro . Durante todo el día me pasé por el pasillo sin tener que ver ese rostro mirándome .
Ya al caer la noche , pude escuchar un ruido muy sigiloso. Al salir al pasillo para ver de dónde había provenido el ruido , pude notar que la sábana se había caído. Mi corazón dio un vuelco . Ahora el rostro de la anciana me estaba sonriendo de una manera macabra , mostraba sus malgastados dientes y se notaban exageradas arrugas en su rostro . Realmente no sabía por qué mi abuela apreciaba tanto a ese cuadro, y me intrigaba más que ella no lo encontrara horrible. Fue un martes por la mañana cuando casi me da un infarto por algo que llegué a ver.

Estaba desayunando mi clásico café y emparedado de pollo, al momento que noté una cabeza asomándose por el extremo de la puerta para verme.

Pegué un grito que se debió de haber escuchado en toda la cuadra, a la par que la cabeza se escondió rápidamente . Salí al pasillo a ver qué era lo que había pasado, pero no vi nada : nada aparte de ese horrible cuadro, que de nuevo había cambiado los gestos de su rostro .

Estaba seria.

Yo sabia perfectamente que esa cabeza que había visto era la de esta mujer; no sé cómo , pero había estirado su cuello para vigilar lo que hacía.

La noche siguiente decidí hacer algo más inteligente . Coloqué una cámara delante del cuadro , con la intención de comprobar si era de éste de donde salió la cabeza , o si en verdad el cuadro hacía movimientos extraños. La dejé grabando tres días , en los cuales salí fuera de Lima a otro departamento de mi país . Al tercer día, subí directamente al segundo piso para ver las condiciones del cuadro y de la cámara . El cuadro cambió una vez más, ahora estaba enojada, tenía una expresión llena de rabia y de furia , sus ojos brillaban de odio… ¿ por qué?

Pasé a revisar lo que había capturado mi cámara en los tres días que estuve ausente . El primer día no hubo movimiento alguno hasta que cayó la noche , pude ver claramente cómo la cabeza del cuadro miraba a los lados, quizá revisando si había alguien cerca, y después vi cómo estiraba su cuello y salía del cuadro.

El cuello se estiraba y estiraba mientras la cabeza de la anciana recorría todas las habitaciones, curioseando. Cuando finalmente volvió a su postura , cambió su expresión a la de una sonrisa. A la mañana siguiente pude verla repetir el mismo procedimiento, sólo que ahora después de haber vuelto a su posición normal , empezaba a moverse más.

Estaba saliendo del cuadro.

Al salir completamente , vi que era una mujer extremadamente alta, ¡ era el doble de mi estatura !; tenía que caminar agachada para no chocar con el techo. Pero su altura no se debía al tamaño de su cuerpo en sí , sino a que su cuello estaba estirado exageradamente.

La anciana se paseó en toda la casa , buscando algo … gritando el nombre de mi abuela mientras sollozaba . Al regresar al cuadro su expresión era una llena de odio —la que mantenía actualmente —.
Fue entonces que me harté . Me decidí por botar ese horrible cuadro ; pero justo cuando lo retiré de la pared, la anciana sacó sus brazos a través del cuadro para ahorcarme.

Sus dedos se clavaban en mi cuello a la par que me quitaban el aire, me estaba matando , no podía respirar . Estaba a punto de dejarme vencer cuando me liberé de milagro y arrojé el cuadro . La anciana regresó sus brazos dentro del cuadro y siguió mirándome con odio, ahora desarreglada.
Llamé de inmediato a mi padre para contarle lo sucedido . Sabía que no me creería, pensaría que me estaba drogando … no fue así.

—Hijo, ese cuadro… la anciana de ese cuadro , era tu bisabuela —me dijo mi padre a través del celular que nos comunicaba.
—¿ Mi bisabuela ? ¡ Eso no importa ahora , ¿ no escuchaste lo que te dije ?!
—Lo sé , es que… ella murió de una manera peculiar —me dijo con dificultad mi padre —. Ella sufría de una depresión horrible . Un día no pudo más con su soledad y se ahorcó .
Esa noticia me impactó. Está bien , que mi bisabuela se ahorcara era algo extraño , y en parte triste, pero ella quiso matarme y me costaba explicarle a mi padre lo que me sucedía . Le iba a colgar y buscar otra solución hasta que me contó una última cosa .
—Lo raro de ese cuadro, hijo, fue que lo pintó tu abuela el mismo día en que tu bisabuela se ahorcó, exactamente antes de que lo hiciera —me explicó mi padre—. Bueno, fue a petición de tu bisabuela que ella lo pintó , pues según ella , a través de ese cuadro la cuidaría mientras viviera de cualquier persona que le quisiera hacer daño … Hijo, ¿ hay algo que-

Le corté el teléfono . Fácilmente podría decir que hubo un problema en la linea .

Corrí al pasillo con ligereza . El cuadro estaba vacío , el rostro de mi bisabuela no estaba. Sentí en ese momento una respiración helada a mi espalda . Ahí estaba ella.

La anciana, extremadamente alta, ángel protector de mi abuela. Me miró unos segundos con esos ojos llenos de odio , llenos de maldad, llenos de venganza . Ese cuadro veía todo, lo sabía, estoy seguro de que vio cómo yo le subía a mi abuela una sopa, una sopa cargada de veneno , y cómo hacia caso omiso a los gritos de ayuda que emitía en su agonía.

Ella sabía quién era el responsable de la muerte de mi abuela, y puede que mi abuela lo sospechaba , puede que ésa sea la razón de por qué me demandó en la herencia que mantuviera el cuadro en la casa , puede que…

La anciana empezó a ahorcarme, sentí que mi respiración se cortaba hasta que empecé a escuchar pasos en la casa que se acercaban a las escaleras . Mi bisabuela volvió rápidamente al cuadro con esa expresión de odio en su decrépito rostro . Era mi hermana que llegaba a casa , me había salvado la vida . Le pedí que tomara el cuadro y lo guardara en el sótano.

Y mientras se lo llevaba , pude ver a mi bisabuela haciéndome señas de muerte .

Nunca más volví a entrar al sótano, e incluso años después de estos sucesos , podía escuchar por la noche el ruido de la manija del sótano siendo forzada , en vano, como si alguien quisiera salir de ahí.

EL CANTO DE LAS SIRENAS


Desde antiguo, las sirenas han formado parte de la mitología. En Babilonia, hacia el 5.000 a. C., existía la creencia Oannes, diosa con forma de pez. También en Siria se adoraba a la diosa de la Luna, Atargatis, muy parecida en imagen. Durante el siglo XIX y XX se las representaba según el canon romántico de la época, sentadas en rocas y peinándose de forma sensual los largos cabellos dorados.

Pero si hay un rasgo que define a este ser mitológico, ese es, sin duda, el gran poder de seducción que se atribuía a su voz. El primero en relatar esa cualidad terrible fue Homero, en cuyo célebre libro de La Odisea , las describe como seres que “hechizan a todos los hombres que se acercan a ellas”, puesto que aquel que escucha su voz “nunca se verá rodeado de su esposa y tiernos hijos (…). Antes bien, lo hechizan estas con su sonoro canto, sentadas en un prado donde las rodea un gran montón de huesos humanos putrefactos, cubiertos de piel seca”.

Esas voces eran lo que se conocía como el canto de las sirenas, una terrible amenaza a evitar por los marineros de la Antigüedad durante sus navegaciones por el Mediterráneo , pero una herramienta de marketing en la Edad Media, cuando numerosas tabernas utilizaron la figura de la sirena para adornar los carteles de las posadas, en la creencia de que así atraerían a más clientes.

También en el siglo XIX algunos desaprensivos intentaron realizar negocio con las sirenas, cosiendo la parte superior de un mono con la mitad inferior de un pez y exponiendo el resultado en ferias, previo pago de una cantidad para poder presenciar ese fenómeno.

Ahora se piensa que la creencia en ellas podría haber surgido del avistamiento de focas y manatíes, también llamados vacas marinas, animales hoy bien conocidos pero misteriosos en aquellos tiempos.


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2 comentarios:

  1. Muy interesantes estas historias ,gracias por hacerme aprender cada día cosas nuevas.Se agradece tener a alguien que se moleste en contarnos todo esto .

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  2. Me gustan mucho tus relatos!!! Podías pensar en escribir un libro, seguro que te lo publican!!! Cuando eres capaz de leer de un tirón los relatos y entenderlos sin tener que releerlos, poder leer entre lineas, ver cual es el doble sentido de lo escrito.... sin poder parar de leer!!! Te digo que tienes futuro escribiendo, te enganchas con esa historias y no puedes parar de leer!!!!!! Prueba a escribir algo breve en una revista y seguro que alguien entendido te hace una oferta!!!!

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